Los ligamentos son haces cortos y resistentes de tejido conjuntivo fibroso cuyas funciones son dar estabilidad a las articulaciones y mejorar el rendimiento mecánico al guiar el recorrido de los extremos óseos. Están constituidos fundamentalmente por haces de colágeno tipo I que forman una matriz extracelular en la que están incluidos los fibroblastos en número relativamente escaso.

En general, el comportamiento de los ligamentos no es elástico, con la excepción del ligamento amarillo, por su contenido en elástica. Se ha demostrado la existencia de terminaciones nerviosas nociceptivas en los ligamentos capsulares de las facetas articulares de la columna, y que el LCA y el ligamento colateral medial de la rodilla desempeñan un papel importante en la propiocepción y la nocicepción de dicha articulación.

Los ligamentos son estructuras viscoelasticas; esto significa que la deformidad producida en ellos por una tensión depende no solo de la magnitud de la misma, sino también del tiempo de aplicación.

Entre los factores que influyen en las propiedades biomecánicas de los ligamentos están la edad (a mayor edad mayor rigidez), la velocidad ( a mayor velocidad mayor rigidez), la inmovilización prolongada  (aumenta la rigidez y disminuye la resistencia tanto del ligamento como de las inserciones óseas) y el ejercicio físico (mejora la resistencia).

Las lesiones de los ligamentos pueden clasificarse en tres grados:

  • Grado I o Esguince: el tejido está macroscópicamente intacto, pero el estudio microscópico revela pequeñas hemorragias y desgarros, con un patrón de distensión
  • Grado II o Rotura parcial: se caracteriza por desgarros macroscópicos y hemorragias. Aunque se mantiene la continuidad del ligamento su resistencia se reduce.
  • Grado III o Rotura completa: se acompaña de una desestructuración titular notable con deshilachamiento irregular de los extremos ligamentosos. Generalmente conducen a una inestabilidad articular.

Según su capacidad de cicatrización tras una rotura se distinguen dos tipos de ligamentos: los intraarticulares, como los ligamentos cruzados de la rodilla, que no cicatrizan espontáneamente, y los extraarticulares. La mayoría de los ligamentos son extraarticulares y en estos la cicatrización es similar a la de otros tejidos, con sus fases de inflamación, proliferación celular, remodelación y maduración.

Patologías más frecuentes

Rotura ligamento cruzado anterior de la rodilla (LCA).

Rotura ligamento cruzado posterior de la rodilla (LCP).

Rotura ligamentos colaterales de la rodilla.

Inestabilidad de hombro.

Luxaciones acromioclaviculares.

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