Las roturas del tendón de Aquiles son las terceras roturas tendinosas mayores en frecuencia, después de las del manguito rotador del hombro y las del tendón de cuadriceps. Es una lesión común relacionada con la actividad deportiva o en aquellos pacientes que sufren una degeneración tendinosa previa.

El tratamiento de este tipo de patologías suele ser quirúrgico y, aunque la reparación a cielo abierto permite una buena visualización de la zona de rotura, esta técnica no está exenta de complicaciones tales como la infección, la necrosis cutánea o del tendón, la aparición de adherencias o la lesión del nervio sural.

La sutura percutánea ha demostrado buenos resultados funcionales, pudiendo realizarse con anestesia local, disminuyendo las complicaciones potenciales y acortando la recuperación del paciente. La ecografía es una herramienta de gran utilidad en este procedimiento que nos ayuda a identificar el nervio sural y a asegurar el paso de la sutura por el centro del espesor tendinoso.