La rigidez postoperatoria (entendida como flexión de rodilla inferior a 90º) ocurre en un porcentaje de pacientes intervenidos de prótesis total de rodilla que varía del 1,5 al 12%.

Algunos factores de riesgo preparatorios relacionados son la edad, la diabetes mellitus, el nivel socioeconómico y un pobre balance articular prequirúrgico.

También pueden influir en su aparición factores quirúrgicos como una sobredimensión del componente rotuliano, unos gaps de flexión y extensión estrechos o una excesiva tensión en el cierre del aparato extensor.

Sin tratamiento, la pérdida progresiva de flexión de la rodilla reduce la capacidad del paciente para realizar diferentes actividades de la vida diaria y, por tanto, su grado de satisfacción.

La movilización bajo anestesia es la primera opción en el manejo terapéutico de estos pacientes, que pueden requerir de un desbridamiento artroscópico, una artromiolisis abierta e incluso del recambio protésico.