Las lesiones del cartílago hialino de la rodilla son muy frecuentes. Según algunos estudios aparecen lesiones condrales u osteocondrales hasta en el 60% de las artroscopias de rodilla que realizamos.
Su sintomatología suele ser muy incapacitante, incluyendo dolor (sobre todo con la carga), derrames de repetición, atrofia muscular e incluso bloqueos articulares.
Esto, unido a su capacidad de reparación intrínseca tan limitada, hace que el tratamiento quirúrgico sea necesario en muchas ocasiones y al mismo tiempo, controvertido, ya que no existe una técnica ideal válida para todos los casos.
De hecho se asocia a bajas tasas de retorno al nivel prelesional de actividad deportiva en atletas profesionales. Es, por ejemplo, lo que retira definitivamente a Roger Federer.
La estrategia terapéutica dependerá de distintos factores:
1. Propios de la lesión: su tamaño (mayor o menor de 2 cm2), su profundidad, su estabilidad y su localización (zona de carga o no).
2. Propios del paciente: edad, estilo de vida y expectativas.
3. Propios de la articulación: la estabilidad ligamentosa, el estado de los meniscos y la alineación general de la extremidad.
Entre las diferentes opciones de tratamiento disponemos de :
– Infiltraciones de ácido hialurónico, plasma rico en plaquetas (PRP) o suero autólogo rico en citoquinas (SARC).
– Desbridamiento lesional y lavado articular.
– Técnicas de estimulación de la médula ósea (micro/nanofracturas).
– Osteosíntesis del fragmento osteocondral.
– Trasplante osteocondral autólogo (Mosaicoplastia).
– Implante de condrocitos autólogos (ACI/MACI).
– Aloinjerto osteocondral fresco (Fresh OCA).
– Prótesis articulares.